Lítico

La talla de artefactos

Denominamos como artefactos líticos a los artefactos que se producen mediante la talla de roca. Como presentan un gran potencial de conservación constituyen una gran fuente de información para la arqueología.

Se deben seleccionar rocas adecuadas para la talla: que tengan una textura de grano fino, sean homogéneas y sin defectos, como fisuras. Estas rocas se fracturan de una forma particular, denominada concoidea. Aplicando golpes precisos con la cantidad de fuerza suficiente se pueden generar fracturas controladas y predecibles.

En la mayoría de los casos, la talla se basa en dos técnicas básicas: percusión y presión, que no son excluyentes y pueden combinarse de diferente forma.

Talla por percusión

La talla por percusión, consiste en golpear una masa de roca (que denominamos nódulo) con un percutor (A), con el objetivo de producir una fractura lo más controlada posible. Los percutores más comunes son de roca (percusión dura), pero también es posible emplear asta, hueso o madera (percusión blanda).

Si el procedimiento es exitoso, provocará una fractura en el nódulo y se desprenderá un fragmento de roca con la forma y tamaño deseados, denominado lasca (C) y a partir de este momento, el nódulo fracturado pasa a denominarse núcleo (B).

Ejemplo 1: producción de artefactos laminares

Denominamos como artefactos laminares (o láminas) a aquellos artefactos alargados que tienen una longitud que al menos duplica su ancho. Para poder producir este tipo de lascas es necesaria la aplicación de un conjunto de técnicas específicas (es decir, un método).

Al concluir el proceso se puede obtener un conjunto de láminas y un núcleo de forma piramidal o prismática.

Ejemplo 2: el método Levallois

Este método de talla debe su peculiar nombre a una localidad francesa en donde fue definido por primera vez. Con el tiempo se observó que fue utilizado reiteradamente en épocas y lugares muy diferentes, presentando muchas variantes.

Consiste en producir un núcleo de forma específica (similar a una tortuga) con el objetivo de obtener una serie de lascas de tamaño grande, levemente curvas, con un extremo bien espeso y un borde muy afilado.

Talla por presión

Como su nombre lo indica, en la talla por presión las lascas se remueven empleando presión sobre una masa lítica.

La presión se ejerce utilizando un instrumento de asta o hueso de punta redondeada. En este caso también se necesita precisión y control para obtener la fractura deseada.

En la región esta técnica se aplicó mayoritariamente en artefactos, para remover pequeñas lascas con el fin de darles forma o de producir un filo determinado (1). A este procedimiento se lo denomina retoque. También se usó la presión en pequeños núcleos (2).

¿Por qué estudiar los artefactos líticos?

Los arqueólogos hemos desarrollado estudios específicos orientados a la interpretación de los artefactos en términos tecnológicos. Denominamos como tecnología a todo el sistema técnico de una sociedad, incluyendo a la totalidad de los artefactos producidos y al conocimiento asociado a su producción y uso.

Esto nos permite comprender aspectos prácticos vinculados a la forma en que los artefactos fueron producidos y utilizados: ¿cómo se obtuvo la materia prima necesaria?, ¿cómo fue trabajada?, ¿a qué se debe la forma final de los artefactos?, ¿qué función cumplieron?

Al comprender estos aspectos también estamos pensando a los artefactos como expresiones de una dinámica social y cultural particular, con sus particularidades históricas. El mundo de la técnica ofrece una gran variedad de soluciones posibles, pero a lo largo del tiempo cada cultura elige entre toda la gama de opciones aquellas que son acordes a su visión particular.

La cuenca del río Santa Cruz

El método Levallois ha sido identificado en distintos sectores de la cuenca, durante distintos momentos. La variante utilizada, denominada método recurrente centrípeto, es la más compleja de todas y busca obtener varias lascas, planificando su tamaño y forma. Esto se logra mediante la repetición de todas las operaciones de talla varias veces, cuidando de mantener la forma del núcleo.

Las evidencias más tempranas del método pertenecen a la cuenca superior del río Santa Cruz, fechadas hace 4.300 años antes del presente. Su uso persiste hasta hace 1.800 años aproximadamente. Aún es motivo de investigación cuáles fueron los motivo de la adopción y abandono de este método de talla.

En cercanías de la desembocadura del río Santa Cruz en el Mar Argentino, las evidencias del uso de este método tienen una fecha entre 2.800 y 1.200 años antes del presente, aproximadamente. En este caso, se investiga si existió una relación entre estas evidencias y las que provienen de la cuenca superior, o si se trata de dos casos independientes.

Hay presencia de artefactos laminares durante distintos momentos:

  • En sitios ubicados al oeste, en la margen sur del río se produjeron este tipo de artefactos desde hace 6.200 años y hasta hace 4.300 años aproximadamente. Siempre se encuentra en bajas cantidades y de manera ocasional, aprovechando la forma natural de los nódulos y empleando las técnicas de talla de manera flexible.
  • Entre los 1.900 y 1.300 años antes del presente, hay evidencias más específicas en sitios de ambas márgenes de la cuenca, ubicados tanto al oeste como en la cuenca media. Se produjeron pequeñas cantidades de artefactos laminares, pero utilizando un método de talla mucho más complejo. Se está investigando si estos cambios se relacionan más con la propia dinámica social de los grupos cazadores-recolectores o si están vinculados con el ambiente, entre otros factores.

La cuenca del Río Chico

Se han recuperado artefactos laminares en distintas recolecciones de superficie, realizadas en toda el área de estudio. En todos los casos se utilizaron variedades de roca de muy buena calidad.

En algunos sitios del área se recuperaron artefactos laminares aislados, correspondientes a ocupaciones humanas de los últimos 5.000 años.